Como fabricante de alimentos, debe cumplir normas de calidad en todas las fases del proceso: cultivo, cosecha, envasado, almacenamiento, transporte y proveedores. Se enfrenta a la gestión de normativas específicas para cada proceso y a las continuas exigencias de sus objetivos corporativos y, en última instancia, de sus clientes. Entonces, ¿cómo puede asegurarse de que sus esfuerzos en materia de calidad se traducen en menos retiradas, desechos y repeticiones?